Influimos en nuestra salud por lo que comemos. El pan está arraigado en nuestra rutina diaria, lo que lo convierte en la opción natural para una dieta respetuosa con el intestino. Algunas de las recetas e ingredientes que se pueden encontrar en nuestra herencia panadera pueden hacer que el pan sea el alimento cotidiano que el intestino humano necesita. Sus fibras alimentan las bacterias buenas que ya están presentes en el intestino, ayudándolas a prosperar y enviando una onda de bienestar a todo el cuerpo y la mente.